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Los Filosofos
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David Hume
Su pensamiento ejerció una notable influencia en el desarrollo del escepticismo y del empirismo. Nacido el 7 de mayo de 1711 en Edimburgo, estudió en la Universidad de Edimburgo.
Desde 1734 hasta 1737 estudió con apasionamiento los problemas de la filosofía especulativa. Durante este periodo escribió
Tratado sobre la naturaleza humana, que constituye la síntesis de su pensamiento. A pesar de su importancia, esta obra
fue ignorada por el público pues, como dijo el propio Hume, “nació muerta”. Falleció el 25 de agosto de 1776.
El pensamiento filosófico de Hume estuvo profundamente influido por las
teorías de John Locke y George Berkeley. Al igual que este último, diferenciaba entre la razón y los sentidos. Pero Hume fue
más allá e intentó probar que la razón y los juicios racionales son tan sólo asociaciones habituales con diferentes sensaciones
o experiencias. Hume dio un paso revolucionario en la historia de la filosofía occidental al rechazar la idea de causalidad,
argumentando que “la razón nunca podrá mostrarnos la conexión entre un objeto y otro si no es ayudada por la experiencia
y por la observación de su relación con situaciones del pasado. Cuando la mente, por tanto, pasa de la idea o la impresión
de un objeto, a la idea o creencia en otro, no se guía por la razón, sino por ciertos principios que asocian juntas las ideas
de esos objetos y los relaciona en la imaginación”. El rechazo de la causalidad implica también un rechazo de las leyes
científicas, que se basan en la premisa de que un hecho provoca otro de forma necesaria y, como resulta predecible, siempre
lo hará.
En cuanto a la dimensión
ética de su pensamiento, Hume pensaba que los conceptos del bien y el mal no son racionales, sino que nacen de una preocupación
por la felicidad propia. El supremo bien moral, según su punto de vista, es la benevolencia, un interés generoso por el bienestar
general de la sociedad que definía como la felicidad individual. Como historiador, Hume rompió con la tradicional reseña cronológica
de hazañas y hechos de Estado, e intentó describir las fuerzas económicas e intelectuales que habían tenido importancia en
la historia de su país. Su Historia de Inglaterra se consideró un título clásico durante muchos años. Sus contribuciones
a la teoría económica, que influyeron en el filósofo y economista escocés Adam Smith y en otros economistas posteriores, incluyeron
la teoría de que la riqueza depende no sólo del dinero sino también de las mercancías, así como el reconocimiento de los efectos
que las condiciones sociales tienen sobre la economía.
RENE DESCARTES
Nació el 31 de Marzo de 1596 en La Haye, Touraine,
Francia. Descartes nació en una familia francesa noble en la Turena, estudio en el colegio jesuita de La Flèche, Cursó estudios
normales de lógica, ética, metafísica, historia, ciencias y literatura. Luego se dedicó a trabajar independientemente en el
álgebra y geometría, que se convirtieron en sus materias favoritas "debido a la certidumbre de sus pruebas". Prosiguió sus
estudios en la Universidad de Poitiers, donde cursó las materias de derecho. En cuanto recibió su diploma, "abandonó del todo
el estudio de las letras y resolvió no aspirar ya a ninguna otra ciencia que no fuera el conocimiento de sí mismo o de los
grandes libros del mundo". Fue a París para divertirse con los juegos de azar. Pronto se cansó de ellos y se retrajo al mundo
de la erudición. Pasó dos años siguientes en la soledad, estudiando matemáticas. A la edad de veintidós años se ofreció como
voluntario en el ejercito del príncipe Mauricio de Nassau. Murió el 11 de Febrero
de 1650 en Estocolmo, Suecia.
Descartes tiene fama de filósofo
y el intelecto más grande de los que contribuyeron a crear la llamada "Edad de la Razón".Lo inquietaron los métodos de los
geómetras griegos para llegar a sus ingeniosas pruebas sin un sistema fundamental de ataque y se propuso corregirlos mediante
el manejo de líneas y figuras tridimensionales en una gráfica. Dibujaba la gráfica marcando unidades en una línea horizontal
(eje x) y una línea vertical (eje y); así, cualquier punto de la gráfica podía describirse con dos números. El primer número
representaba una distancia en el eje x y el otro número representaba una distancia en el eje y. Aunque conservaba las reglas
de la geometría euclidiana, combinaba el álgebra y la geometría, consideradas entonces como independientes, para formar una
nueva disciplina matemática llamada geometría analítica
En el 1629 decidió irse a vivir
a Holanda, allí estudió otras cosas aparte de filosofía y las matemáticas, comprendiendo la óptica, la física, la química,
la anatomía y la medicina. El 8 de Junio de 1637 Descartes dio al mundo su geometría analítica como un apéndice modesto
de su obra maestra Discurso del método.
Aporto el método de la duda, el
perfil de la investigación por inducción, metodología cualitativa y el razonamiento matemático.
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Francis Bacon nació
en 1561 en Londres. Estudió en Cambridge. Vivió en París formando parte de la
embajada de Inglaterra. Nombrado consejero extraordinario del reino y elegido para la Cámara de los Comunes por la misma Isabel,
no desarrolló plenamente su carrera política hasta que Jacobo I Estuardo ascendió al trono. Ambicioso, no reparó en redactar
la acusación contra el Conde de Essex, que le había dispensado anteriormente su protección, cuando éste conspiró contra Isabel
I. Jacobo, halagado en su absolutismo, le designó sucesivamente Procurador General (1607), Fiscal General (1613), Lord del
Sello Privado (1617) y Gran Canciller (1618). Recibió, asimismo, los títulos de Barón de Verulam y Vizconde de San Albano.
Acusado de venalidad en el ejercicio de sus cargos por el Parlamento, tuvo que abandonar la carrera política. Murió el 9 abril de 1626, ya retirado, cuando intentaba comprobar los efectos del frío en la conservación de
los alimentos.
A Bacon se le considera
fundador de la filosofía moderna en su tendencia empírica, y padre de la moderna investigación científica. A partir de la destrucción que se opera en el Renacimiento de la ontología
aristotélica, y de su filosofía en general, deja una credulidad sin límites, una ontología mágica en la que todo es posible y una cultura poblada de influencias mágicas, astrológicas y alquimistas, y que incita a la
ciencia a encontrar un nuevo método de investigación de la naturaleza. La invención de esta nueva lógica es precisamente lo que se
le atribuye a Francis Bacon, y lo que le ha hecho memorable.Para intentar analizar el verdadero aporte de Francis Bacon a
la ciencia y a la filosofía, es necesario tomar en cuenta el estudio de su obra
más relevante: el Novum Organum, en la que se condensa toda su teoría
El Novum Organum fue publicado en 1620. En el Novum Organum, Bacon anuncia, presenta y convoca a un proyecto
de investigación filosófico-natural tendente a conseguir la ‘restauración’ (instauratio)
del saber y consecuentemente del poder que sobre la naturaleza gozó Adán en el paraíso y que la humanidad había perdido como
consecuencia del pecado original.
La labor de Bacon como
literato (encontrada, como es lógico, con su labor filosófica) abarca temas diversos y es importante en la historia de la lengua inglesa. Su prosa concisa, directa y excesivamente económica en las palabras,
es una valiosa contribución al aún titubeante idioma inglés de su tiempo y por lo tanto al terreno de la comunicación. Su biografía de Enrique VII, es uno de los primeros intentos de dar a las biografías un fondo psicológico para explicar los actos y la personalidad del biografiado. En el ámbito de la literatura, también se le conoce a Bacon por un gran numero de ensayos que abarcan temas muy diversos.
Baruch Spinoza
La más completa expresión de su pensamiento y de su sistema filosófico quedó
expresada en su gran obra Ethica ordine geometrico demonstrata (Ética demostrada según el orden geométrico,
1677, más conocida por el título abreviado de Ética). De acuerdo con este tratado, el Universo es idéntico a Dios,
que es la “sustancia” incausada de todas las cosas. El concepto de sustancia, que Spinoza recuperó de los filósofos
escolásticos, no es el de una realidad material, sino más bien el de una entidad metafísica, una base amplia y autosuficiente
de toda realidad. Spinoza admitió la posible existencia de atributos infinitos de la sustancia, pero mantuvo que tan sólo
dos son accesibles a la mente humana, a saber, la extensión, o el mundo de las cosas materiales, y la racionalidad. El pensamiento
y la extensión existen en una última realidad que es Dios, de quien dependen. La causalidad, en el sistema de Spinoza, puede
hallarse entre los objetos individuales (es decir, entre los cuerpos físicos) en el atributo extensión, o entre ideas individuales
en el atributo pensamiento, pero no entre objetos e ideas. Para explicar las aparentes interacciones causales entre objetos
e ideas, propuso una teoría conocida como paralelismo, según la cual cada idea tiene un complemento físico y, del mismo modo,
cada objeto físico tiene su correspondiente idea.
Explicó la individualidad de las cosas, ya fueran objetos físicos o
ideas, como modos particulares de sustancia. Todos los objetos particulares son las formas de Dios, contenidas en el atributo
extensión; todas las ideas particulares son las formas de Dios contenidas en el atributo pensamiento. Las formas son natura
naturata (naturaleza creada) o naturaleza en la multiplicidad de sus manifestaciones; la sustancia, o Dios, es natura
naturans (naturaleza que crea todo lo que hay) o naturaleza en su unidad creativa, actuando como el factor determinante
de sus propias formas, las cuales son transitorias y su existencia adopta una forma temporal; Dios es eterno y trasciende
todos los cambios. Por consiguiente, las cosas particulares, ya sean extensión o pensamiento, son finitas y efímeras. Mantuvo,
no obstante, que existía un mundo indestructible. Ese mundo no se puede encontrar en el terreno de las cosas existentes sino
en el de la esencia. El intuitivo conocimiento humano de Dios es la fuente de un amor espiritual de Dios (amor Dei intellectualis),
que a su vez es parte del amor en el que Dios se ama a sí mismo.
Su concepto de esencia está relacionado de modo muy intenso con el
concepto escolástico de “verdadero” y con las ideas arquetípicas formuladas por Platón, aunque se distingue de
ambos en algunos aspectos trascendentes. Spinoza concebía las esencias como hipostatizaciones (entidades conceptuales)
del aspecto universal de todas las cosas. La diferencia fundamental entre las existencias y las esencias en la cosmología
de Spinoza es que, mientras las primeras tienen su ser en el tiempo, las segundas están fuera del ámbito temporal. Dado que
la mortalidad puede pertenecer en exclusiva al ámbito de las cosas sujetas a la ley del tiempo, el ámbito de las esencias,
al no hallarse sometido a las leyes del tiempo, tiene que ser en consecuencia eterno. No obstante, el campo de las esencias
es un terreno de existencia inmanente.
Cada existencia tiene, como se ha indicado, un carácter universal o esencial, aunque para realizar ese
carácter la cosa existente tiene que trascender su propia forma intrínseca, es decir, liberarse a sí misma de las limitaciones
de su propia estructura. El terreno de las esencias, por este principio, tiene una especie de ser en el ámbito de las existencias
(siendo el primero la inminente causa del segundo) aunque no comparte su limitación temporal. La causalidad inmanente, de
acuerdo con su metafísica, significa autocausalidad, y aquello que es autodeterminado es libre. Desde este razonamiento, desarrolló
su doctrina de la libertad como un bien que sólo se puede alcanzar en el terreno de las esencias. La existencia en sendos
atributos (extensión y pensamiento) es esclavitud ya que cada cosa existente está determinada por sus propias series causales
y la forma de su ser está determinada por ellas. Sólo en lo atemporal, en la existencia autocausada, es decir en lo universal
y lo inmanente, es posible la libertad completa; sólo con la identificación con la sustancia, o Dios, se obtiene la inmortalidad
y con ella la paz.
Spinoza rechazó la providencia y la libertad de la voluntad, y su concepto
de un dios impersonal fue recibido con hostilidad por muchos de sus contemporáneos. Su posición en la historia de la filosofía
es única en muchos aspectos. No perteneció a ninguna escuela y no fundó ninguna. Aunque en ciertos puntos su trabajo se basaba
en el de algunos de sus predecesores, muestra y afirma un individualismo tan acusado como para que se le pueda considerar
un simple continuador o epígono, incluso en el caso del pensamiento de Descartes. Por la profundidad y la grandeza de sus
ideas y su notable capacidad de síntesis, Spinoza se sitúa junto a los mayores pensadores filosóficos de todos los tiempos.
Hasta un siglo después de su muerte su pensamiento no obtuvo reconocimiento y, aunque su sistema no consiguiera seguidores
organizados, ha tenido, tal vez, la más penetrante influencia de todos los filósofos posteriores, con la excepción de Immanuel
Kant. No sólo metafísicos sino también poetas como Johann Wolfgang von Goethe, William Wordsworth y Percy Bysshe Shelley consultaron
y estudiaron sus trabajos en busca de inspiración y su pensamiento ha influido en el panteísmo poético subyacente de muchas
interpretaciones modernas de la naturaleza.
John Dewey
John Dewey, nace en 1859, filósofo, psicólogo y educador estadounidense. Nacido
en Burlington (Vermont), Dewey se graduó en Artes en la Universidad de Vermont en 1879 y se doctoró en Filosofía en la Universidad
de John Hopkins en 1884. La larga e influyente carrera de Dewey en educación comenzó en la Universidad de Michigan, donde
enseñó desde 1884 a 1888, siendo posteriormente profesor en las universidades de Minnesota, Chicago y Columbia desde 1904
hasta su jubilación como profesor emérito en 1931. Dewey mantuvo una gran actividad como conferenciante y consultor de temas
educativos, además de estudiar los sistemas educativos de China, Japón, México, Turquía y la Unión Soviética.
Durante su permanencia en Chicago, Dewey estuvo profundamente interesado en la reforma de la teoría y de la práctica
educativas. Contrastó sus principios educativos en la famosa escuela laboratorio de carácter experimental, denominada Escuela
Dewey, instituida en la Universidad de Chicago en 1896. Los principios educativos proponían el aprendizaje a través de actividades
de diferente índole más que por medio de los contenidos curriculares establecidos y se oponían a los métodos autoritarios.
Dewey pensaba que lo ofrecido por el sistema educativo de su época no proporcionaba a los ciudadanos una preparación adecuada
para la vida en una sociedad democrática. Consideraba además, que la educación no debía ser meramente una preparación para
la vida futura, sino que debía proporcionar y tener pleno sentido en su mismo desarrollo y realización. Su trabajo y sus escritos
influyeron significativamente en los profundos cambios experimentados en la pedagogía de Estados Unidos en los inicios del
siglo XX, manifestados en el cambio del énfasis de lo institucional y burocratizado a la realidad personal del alumno.
Como filósofo, Dewey subrayó todo lo práctico, esforzándose en demostrar
cómo las ideas filosóficas pueden actuar en los asuntos de la vida diaria. Su planteamiento lógico y filosófico era de cambio
permanente, adaptándose a las necesidades y a las circunstancias concretas. El proceso de pensamiento en su filosofía es un
medio de planificar la acción y de superar los obstáculos entre lo que hay y lo que se proyecta. La verdad es una idea que
ha penetrado en la experiencia práctica. Dewey siguió al filósofo y psicólogo americano William James, fundador del movimiento
filosófico del pragmatismo; la propia filosofía de Dewey, llamada también instrumentalismo o experimentalismo, deriva del
pragmatismo de James.
La influencia
de Dewey es percibida en otros muchos campos además de la educación y de la filosofía. Activista político, defendió los planteamientos
progresistas, algunas veces radicales, respecto de los asuntos internacionales y de los problemas económicos. Su abundante
obra se muestra en libros como Psicología (1887), La escuela y la sociedad (1889), Democracia y Educación
(1916), La reconstrucción en la filosofía (1920), Naturaleza humana y conducta (1922), La búsqueda de la
certeza (1929), El arte como experiencia (1934), Lógica: la teoría de la pregunta (1938) y Problemas
del hombre (1946).
Ètienne
Bonnot de Condillac
Este filosofo francés nace en 1715
y muere en 1780, sus teorías están englobadas bajo la denominación genérica de
sensacionalismo, influyeron en los filósofos posteriores y cuya contribución a la ciencia de la sicología ha sido considerada
crucial.
Condillac destaca por ser defensor de las ideas del filósofo inglés John Locke, Condillac escribió muchas obras filosóficas,
de las cuales la más notable es el Traité des sensations (Tratado de las sensaciones, 1754).
En esta obra argumenta que todo el conocimiento humano y todas las experiencias
conscientes derivan tan solo de la percepción que proporcionan los sentidos.
Condillac trato de esclarecer y apuntalar la teoría
del conocimiento de Locke aceptando la propuesta lockiana de la imposibilidad
de las ideas innatas.
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Gottfried Wilhelm
Leibniz
Conocido como
barón Gottfried Wilhelm von Leibniz. Filósofo, matemático y estadista alemán, considerado como uno de los mayores intelectuales
del siglo XVII. Trabajó para Johann Philipp von Schönborn, arzobispo elector de Maguncia, en diversas tareas legales, políticas
y diplomáticas. En 1673, cuando cayó el régimen del elector, Leibniz marchó a París. Permaneció allí durante tres años y también
visitó Amsterdam y Londres, donde dedicó su tiempo al estudio de las matemáticas, la ciencia y la filosofía. En 1676 fue designado
bibliotecario y consejero privado en la corte de Hannover. Durante los 40 años siguientes, hasta su muerte, sirvió a Ernesto
Augusto, duque de Brunswick-Lüneburg.
Leibniz fue considerado un genio universal
por sus contemporáneos. Su obra aborda no sólo problemas matemáticos y filosofía, sino también teología, derecho, diplomacia,
política, historia, filología y física. La contribución de Leibniz a las matemáticas
consistió en enumerar en 1675 los principios fundamentales del cálculo infinitesimal. El sistema de Leibniz fue publicado
en 1684. En 1672 también inventó una máquina de calcular capaz de multiplicar, dividir y extraer raíces cuadradas. Es considerado
un pionero en el desarrollo de la lógica matemática.
En la exposición filosófica
de Leibniz, el Universo se compone de innumerables centros conscientes de fuerza espiritual o energía, conocidos como mónadas.
Cada mónada representa un microcosmos individual, que refleja el Universo en diversos grados de perfección y evolucionan con
independencia del resto de las mónadas. El Universo constituido por estas mónadas es el resultado armonioso de un plan divino.
Los humanos, sin embargo, con su visión limitada, no pueden aceptar la existencia de las enfermedades y la muerte como partes
integrantes de la armonía universal. Este Universo de Leibniz, “el mejor de los mundos posibles”, es satirizado
como una utopía por el autor francés Voltaire en su novela Cándido.
Baruch Spinoza
La más completa expresión de su pensamiento y de su sistema
filosófico quedó expresada en su gran obra Ethica ordine geometrico demonstrata (Ética demostrada según el orden
geométrico, 1677, más conocida por el título abreviado de Ética). De acuerdo con este tratado, el Universo es idéntico
a Dios, que es la “sustancia” incausada de todas las cosas. El concepto de sustancia, que Spinoza recuperó de
los filósofos escolásticos, no es el de una realidad material, sino más bien el de una entidad metafísica, una base amplia
y autosuficiente de toda realidad. Spinoza admitió la posible existencia de atributos infinitos de la sustancia, pero mantuvo
que tan sólo dos son accesibles a la mente humana, a saber, la extensión, o el mundo de las cosas materiales, y la racionalidad.
El pensamiento y la extensión existen en una última realidad que es Dios, de quien dependen. La causalidad, en el sistema
de Spinoza, puede hallarse entre los objetos individuales (es decir, entre los cuerpos físicos) en el atributo extensión,
o entre ideas individuales en el atributo pensamiento, pero no entre objetos e ideas. Para explicar las aparentes interacciones
causales entre objetos e ideas, propuso una teoría conocida como paralelismo, según la cual cada idea tiene un complemento
físico y, del mismo modo, cada objeto físico tiene su correspondiente idea.
Explicó la individualidad de las cosas, ya fueran objetos físicos o ideas, como modos particulares de sustancia. Todos
los objetos particulares son las formas de Dios, contenidas en el atributo extensión; todas las ideas particulares son las
formas de Dios contenidas en el atributo pensamiento. Las formas son natura naturata (naturaleza creada) o naturaleza
en la multiplicidad de sus manifestaciones; la sustancia, o Dios, es natura naturans (naturaleza que crea todo lo que
hay) o naturaleza en su unidad creativa, actuando como el factor determinante de sus propias formas, las cuales son transitorias
y su existencia adopta una forma temporal; Dios es eterno y trasciende todos los cambios. Por consiguiente, las cosas particulares,
ya sean extensión o pensamiento, son finitas y efímeras. Mantuvo, no obstante, que existía un mundo indestructible. Ese mundo
no se puede encontrar en el terreno de las cosas existentes sino en el de la esencia. El intuitivo conocimiento humano de
Dios es la fuente de un amor espiritual de Dios (amor Dei intellectualis), que a su vez es parte del amor en el que
Dios se ama a sí mismo.
Su concepto de esencia está relacionado de modo muy intenso con el concepto escolástico de “verdadero”
y con las ideas arquetípicas formuladas por Platón, aunque se distingue de ambos en algunos aspectos trascendentes. Spinoza
concebía las esencias como hipostatizaciones (entidades conceptuales) del aspecto universal de todas las cosas. La
diferencia fundamental entre las existencias y las esencias en la cosmología de Spinoza es que, mientras las primeras tienen
su ser en el tiempo, las segundas están fuera del ámbito temporal. Dado que la mortalidad puede pertenecer en exclusiva al
ámbito de las cosas sujetas a la ley del tiempo, el ámbito de las esencias, al no hallarse sometido a las leyes del tiempo,
tiene que ser en consecuencia eterno. No obstante, el campo de las esencias es un terreno de existencia inmanente.
Cada existencia tiene, como se ha indicado, un carácter universal
o esencial, aunque para realizar ese carácter la cosa existente tiene que trascender su propia forma intrínseca, es decir,
liberarse a sí misma de las limitaciones de su propia estructura. El terreno de las esencias, por este principio, tiene una
especie de ser en el ámbito de las existencias (siendo el primero la inminente causa del segundo) aunque no comparte su limitación
temporal. La causalidad inmanente, de acuerdo con su metafísica, significa autocausalidad, y aquello que es autodeterminado
es libre. Desde este razonamiento, desarrolló su doctrina de la libertad como un bien que sólo se puede alcanzar en el terreno
de las esencias. La existencia en sendos atributos (extensión y pensamiento) es esclavitud ya que cada cosa existente está
determinada por sus propias series causales y la forma de su ser está determinada por ellas. Sólo en lo atemporal, en la existencia
autocausada, es decir en lo universal y lo inmanente, es posible la libertad completa; sólo con la identificación con la sustancia,
o Dios, se obtiene la inmortalidad y con ella la paz.
Spinoza rechazó la providencia y la libertad de la voluntad, y su concepto de
un dios impersonal fue recibido con hostilidad por muchos de sus contemporáneos. Su posición en la historia de la filosofía
es única en muchos aspectos. No perteneció a ninguna escuela y no fundó ninguna. Aunque en ciertos puntos su trabajo se basaba
en el de algunos de sus predecesores, muestra y afirma un individualismo tan acusado como para que se le pueda considerar
un simple continuador o epígono, incluso en el caso del pensamiento de Descartes. Por la profundidad y la grandeza de sus
ideas y su notable capacidad de síntesis, Spinoza se sitúa junto a los mayores pensadores filosóficos de todos los tiempos.
Hasta un siglo después de su muerte su pensamiento no obtuvo reconocimiento y, aunque su sistema no consiguiera seguidores
organizados, ha tenido, tal vez, la más penetrante influencia de todos los filósofos posteriores, con la excepción de Immanuel
Kant. No sólo metafísicos sino también poetas como Johann Wolfgang von Goethe, William Wordsworth y Percy Bysshe Shelley consultaron
y estudiaron sus trabajos en busca de inspiración y su pensamiento ha influido en el panteísmo poético subyacente de muchas
interpretaciones modernas de la naturaleza.
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Christian von Wolf
Nace en 1679 en la ciudad de Breslau
este filosofo racionalista y matemático alemán. Estudia en la Universidad de
Jena, en 1706 llegó a ser profesor de matemáticas y filosofía natural en la Universidad de Halle. Luego
de un tiempo, tras la exposición de sus axiomas, es desterrado de Prusia en 1723 acusado de ateismo y fatalismo. Luego de
esto, se va a Hesse y enseña en la Universidad de Marburgo hasta 1740, cuando Federico II, rey de Prusia, llamó a Wolff a
Halle, y tres años después le nombró rector de su universidad.
Las doctrinas racionalistas de Wolff entraron de un modo progresivo en intenso
conflicto con las opiniones religiosas de algunos de sus colegas universitarios.
En 1721 impartió una clase en la que citó
los axiomas morales del confucianismo como prueba de que la razón humana podía alcanzar la verdad moral por su propio esfuerzo.
La filosofía de Wolff es una reforma del
sistema filosófico elaborado por el filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Aunque no fue un pensador original, Wolff destacó
como filósofo organizador y sistematizador.
Immanuel
Kant
Nacio
en Königsberg en 1724, estudió en el Collegium Fredericianum hasta 1740 y luego
en la universidad de su ciudad natal. Fue docente en la propia Universidad de Königsberg, sus enseñanzas teológicas (basadas
más en el racionalismo que en la revelación divina) le crearon problemas con el gobierno de Prusia y, en 1794, el rey Federico
Guillermo II le prohibió impartir clases o escribir sobre temas religiosos. En 1798, ya retirado de la docencia universitaria,
publicó un epítome en el que expresaba el conjunto de sus ideas en materia religiosa. Falleció en 1804.
La piedra angular
de la filosofía kantiana (en ocasiones denominada “filosofía crítica”) está recogida en una de sus principales
obras, Crítica de la razón pura (1781), en la que examinó las bases del conocimiento humano y creó una epistemología
individual. Al igual que los primeros filósofos, Kant diferenciaba los modos de pensar en proposiciones analíticas y sintéticas.
Las proposiciones, según
Kant, pueden ser divididas también en otros dos tipos: empíricas (o a posteriori) y a priori. Las proposiciones
empíricas dependen tan sólo de la percepción, pero las proposiciones a priori tienen una validez esencial y no se basan
en tal percepción. La tesis sostenida por Kant en la Crítica de la razón pura consiste en que resulta posible formular
juicios sintéticos a priori. Esta posición filosófica es conocida como transcendentalismo. Al explicar cómo es posible
este tipo de juicios, consideraba los objetos del mundo material como incognoscibles en esencia; desde el punto de vista de
la razón, sirven tan sólo como materia pura a partir de la cual se nutren las sensaciones. Además de estas intuiciones, afirmó que también existen un número de conceptos a
priori, llamados categorías. Dividió éstas en cuatro grupos: las relativas a la cantidad (que son unidad, pluralidad y
totalidad), las relacionadas con la cualidad (que son realidad, negación y limitación), las que conciernen a la relación (que
son sustancia-y-accidente, causa-y-efecto y reciprocidad) y las que tienen que ver con la modalidad (que son posibilidad,
existencia y necesidad). No consideraba esta libertad como la libertad no sometida a las leyes, como en la anarquía, sino
más bien como la libertad del gobierno de sí mismo, la libertad para obedecer en conciencia las leyes del Universo como se
revelan por la razón.
JOHN LOCKE (1632-1704)
John Locke nació en Wrington, condado de Somerset, Inglaterra,
en 1632, hijo de un jurista de ideas puritanas. Estudió en Oxford ciencias naturales, medicina y teoría del Estado. Lord Shaftebury
lo tomó bajo su protección como preceptor, consejero y médico de la familia, y Locke participó en la vida política de su país,
ocupando diversos cargos de responsabilidad, que se vieron interrumpidos por sus estancias en Francia (1675-1679) y Holanda
(1683-1688). Con el ascenso de Guillermo de Orange al trono de Inglaterra el año 1689, Locke regresó a su país y
durante once años ocupó un puesto oficial como responsable de comercio y agricultura. En 1700 se retiró de la vida política
y murió cuatro años más tarde, en la casa de campo de un noble amigo suyo.
Su
interés por la filosofía se despertó leyendo a Descartes, aunque su pensamiento se aparta del racionalismo cartesiano para
dar lugar a una nueva corriente filosófica, el empirismo, según la cual todas las ideas del entendimiento provienen del conocimiento
sensible. De las sensaciones, llamadas por Locke “ideas simples, proceden las demás ideas (“complejas”)
por un proceso de asociación y combinación.
En
cuanto a las ideas políticas, Locke se adelanta en cierta medida a Montesquieu al defender la separación de los poderes legislativo
y judicial y la supremacía del primero. Su convencida defensa de la tolerancia y su confianza en los derechos naturales de
los hombres libres influyeron de forma decisiva en el posterior desarrollo de las democracias occidentales.
La
obra principal de Locke es el Ensayo sobre el entendimiento humano,publicada como esbozo en 1670 y en su versión completa veinte años más tarde. El objetivo de este libro, como dice
el mismo Locke en el capítulo introductorio, es investigar el origen, la certeza y el alcance del conocimiento humano. Este
programa lo lleva a cabo en los cuatro libros de que consta la obra. En el primero de ellos, Locke refuta la teoría innatista
sobre el origen de las ideas; en el segundo (al que pertenece el primer texto de lectura y comentario), se estudian las distintas
clases de ideas y su origen; el tercer libro trata del lenguaje y el cuarto, de la distinción entre conocimiento y opinión.
Las ideas políticas de Locke, por
otra parte, aparecen expuestas en sus dos tratados sobre el gobierno. El segundo texto propuesto para lectura y comentario
en el programa, “De los fines de la sociedad política y del gobierno”, es el capítulo 9 del Segundo tratado sobre el gobierno civil,una de las obras más influyentes en la historia del pensamiento político.
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